Cuando en 1958 el Dictador Marcos Perez Jimenez era expulsado del poder por un pueblo que sin miedo se lanzó a la calle a luchar por su libertad, estaba naciendo una Venezuela que tenia todas las ventajas para convertirse en un País modelo en el mundo. El bolivar, la moneda venezolana, valía en aquel entonces 3.33 Bs/ US$. El Petróleo, principal fuente de ingresos del país, era solo el 60% del total de ingresos del País el cual presentaba una economía diversificada en donde rubros agrícolas como el Café, el cacao, la Caña de azúcar, el maíz y el arroz y los recursos pesqueros aportaban cifras importantes a la economía nacional. La Venezuela de 1960 era, sin duda alguna, el verdadero paraiso terrenal
Pero las cosas no resultaron como debieron. Desde el Gobierno de Rómulo Betancourt hasta el de primer gobierno de Rafael Caldera las cosas parecián lucir más o menos bien. La economía venezolana mostraba una solidez y crecimiento envidiable. El pueblo venezolano a pesar de todos los intentos de los grupos de izquierda inspirados en la aventura castrista, era un pueblo que vivía en Paz. El crecimiento económico era rápido pero construido sobre bases firmes, los niveles de desempleo eran mínimos, la inflación era de apenas un dígito. Los venezolanos eran luchadores, la responsabilidad el ahorro y la ética eran características comunes entre la gran mayoría. Los venezolanos de entonces sabían lo que querían, luchaban por ello, trabajaban para lograrlo, participaban en las decisiones (la abstencion en las elecciones no llegaba ni a 10%) y reclamaban cuando había que hacerlo.
Pero en 1973 todo cambió. Romulo Betancourt, a pesar de tener todo para volver a ser Presidente, decide declinar a la candidatura y le abre el camino a Carlos Andres Perez.. Ese fué el inicio del desastre. Carlos Andres Perez en un afan absurdo de grandeza, empujó al País a una vorágine consumista que no tenía ningún sentido ni razón. Si, es cierto, los precios del petróleo se dispararon a niveles astronómicos, pero eso no era excusa para cambiar el modelo de crecimiento pautado por sus antecesores, racional y caracterízado por la austeridad, la prudencia y al mismo tiempo firme y programado, por un modelo populista en donde el derroche y el ánimo de opulencia era lo trascendente.
Venezuela y los venezolanos cambiaron. Atrás quedaron la idea de esforzarse para obtener las cosas. Del venezolano ahorrador, respetuoso y luchador pasamos a la era del ta’barato, cuanto hay pa’eso y el ganar dinero facil y con el menor esfuerzo.
No pocas voces se alzaron llamando la atención sobre el equivocado camino tomado. Juan Pablo Perez Alfonso y Arturo Uslar Pietri fueron quizás los más conocidos, pero no fueron escuchados. El pueblo les dió la espalda y los llamó "Pendejos". La fiesta estaba bien sabrosa, bonche y derroche pa’todo el mundo. Nadie escuchaba, nadie pensaba. El ruido del festín ensordecía.
Los venezolanos no aprendimos ni de los errores ni de la historia. Un buen día nos despertó la cruda realidad. De golpe y porrazo nos dimos cuenta de que no todos estaban invitados en la fiesta. Esa fué otra advertencia más a la que tampoco atendimos. Venezuela desesperadamente nos pedia auxilio y decidimos abandonarla. Y es que nos empeñamos en ver nuestro País como un Hotel, sentados y esperando que nos sirvan y que otros hagan el trabajo por nosotros y no como nuestra Casa, en donde el bienestar se construye cuando todos nos involucramos en él. Entonces, sucedió lo inevitable:
De allí la historia es ya conocida por todos. Cabe preguntarnos, Como llegó Hugo Chavez al poder? y la respuesta es simple y sencilla: El llegó allí porque NOSOTROS lo pusimos allí. Sí, unos por error, otros por omisión y otros por falta de convencimiento, colaboramos para que él llegara a donde llegó. Porque cuando el Pueblo salió a la Calle en Febrero de 1989, nos tapamos los ojos y dimos la espalda. Porque cuando en 1992 se intentó dar el Golpe de estado, no asumimos nuestra responsabilidad y continuamos buscando las sobras del festín. Porque cuando se hicieron elecciones en 1999, no fuimos a votar provocando el porcentaje de abstención más grande de nuestra historia. Porque vendimos nuestra libertad irresponsablemente.
Hugo Chavez es fiel reflejo de los errores que cometimos los venezolanos. Fuimos soberbios y nos ganamos su soberbia. Fuimos sectarios y nos ganamos su sectarismo. Fuimos derrochadores y nos ganamos su derroche. Cuando el insulta, recordemos cuantas veces nosotros hemos insultado de la misma manera. Cuando el es irónico, recordemos nuestra ironía. Cuando él irrespeta, recordemos las veces que hemos irrespetado.
Y eso es lo que más nos molesta, aunque no lo reconozcamos Chavez es más parecido a nosotros de lo que nos imaginamos. Añoramos el Ta'barato y nos duele que ahora sean ellos quienes lo disfruten.
No escuchamos las advertencias y ahora sufrimos las consecuencias. Ojalá ahora sí, pero lamentablemente con sangre, aprendamos la lección.
Pero las cosas no resultaron como debieron. Desde el Gobierno de Rómulo Betancourt hasta el de primer gobierno de Rafael Caldera las cosas parecián lucir más o menos bien. La economía venezolana mostraba una solidez y crecimiento envidiable. El pueblo venezolano a pesar de todos los intentos de los grupos de izquierda inspirados en la aventura castrista, era un pueblo que vivía en Paz. El crecimiento económico era rápido pero construido sobre bases firmes, los niveles de desempleo eran mínimos, la inflación era de apenas un dígito. Los venezolanos eran luchadores, la responsabilidad el ahorro y la ética eran características comunes entre la gran mayoría. Los venezolanos de entonces sabían lo que querían, luchaban por ello, trabajaban para lograrlo, participaban en las decisiones (la abstencion en las elecciones no llegaba ni a 10%) y reclamaban cuando había que hacerlo.
Pero en 1973 todo cambió. Romulo Betancourt, a pesar de tener todo para volver a ser Presidente, decide declinar a la candidatura y le abre el camino a Carlos Andres Perez.. Ese fué el inicio del desastre. Carlos Andres Perez en un afan absurdo de grandeza, empujó al País a una vorágine consumista que no tenía ningún sentido ni razón. Si, es cierto, los precios del petróleo se dispararon a niveles astronómicos, pero eso no era excusa para cambiar el modelo de crecimiento pautado por sus antecesores, racional y caracterízado por la austeridad, la prudencia y al mismo tiempo firme y programado, por un modelo populista en donde el derroche y el ánimo de opulencia era lo trascendente.
Venezuela y los venezolanos cambiaron. Atrás quedaron la idea de esforzarse para obtener las cosas. Del venezolano ahorrador, respetuoso y luchador pasamos a la era del ta’barato, cuanto hay pa’eso y el ganar dinero facil y con el menor esfuerzo.
No pocas voces se alzaron llamando la atención sobre el equivocado camino tomado. Juan Pablo Perez Alfonso y Arturo Uslar Pietri fueron quizás los más conocidos, pero no fueron escuchados. El pueblo les dió la espalda y los llamó "Pendejos". La fiesta estaba bien sabrosa, bonche y derroche pa’todo el mundo. Nadie escuchaba, nadie pensaba. El ruido del festín ensordecía.
Los venezolanos no aprendimos ni de los errores ni de la historia. Un buen día nos despertó la cruda realidad. De golpe y porrazo nos dimos cuenta de que no todos estaban invitados en la fiesta. Esa fué otra advertencia más a la que tampoco atendimos. Venezuela desesperadamente nos pedia auxilio y decidimos abandonarla. Y es que nos empeñamos en ver nuestro País como un Hotel, sentados y esperando que nos sirvan y que otros hagan el trabajo por nosotros y no como nuestra Casa, en donde el bienestar se construye cuando todos nos involucramos en él. Entonces, sucedió lo inevitable:
De allí la historia es ya conocida por todos. Cabe preguntarnos, Como llegó Hugo Chavez al poder? y la respuesta es simple y sencilla: El llegó allí porque NOSOTROS lo pusimos allí. Sí, unos por error, otros por omisión y otros por falta de convencimiento, colaboramos para que él llegara a donde llegó. Porque cuando el Pueblo salió a la Calle en Febrero de 1989, nos tapamos los ojos y dimos la espalda. Porque cuando en 1992 se intentó dar el Golpe de estado, no asumimos nuestra responsabilidad y continuamos buscando las sobras del festín. Porque cuando se hicieron elecciones en 1999, no fuimos a votar provocando el porcentaje de abstención más grande de nuestra historia. Porque vendimos nuestra libertad irresponsablemente.
Hugo Chavez es fiel reflejo de los errores que cometimos los venezolanos. Fuimos soberbios y nos ganamos su soberbia. Fuimos sectarios y nos ganamos su sectarismo. Fuimos derrochadores y nos ganamos su derroche. Cuando el insulta, recordemos cuantas veces nosotros hemos insultado de la misma manera. Cuando el es irónico, recordemos nuestra ironía. Cuando él irrespeta, recordemos las veces que hemos irrespetado.
Y eso es lo que más nos molesta, aunque no lo reconozcamos Chavez es más parecido a nosotros de lo que nos imaginamos. Añoramos el Ta'barato y nos duele que ahora sean ellos quienes lo disfruten.
No escuchamos las advertencias y ahora sufrimos las consecuencias. Ojalá ahora sí, pero lamentablemente con sangre, aprendamos la lección.
4 comentarios:
Si señor, Chávez es el fiel reflejo de lo que a estado dormido durante tanto tiempo en Venezuela y que nos a condenado al 4to mundo...el lo saco a flote
"...Porque vendimos nuestra libertad irresponsablemente"... Creo que esta frase encierra absolutamente todo lo que has expuesto en el post y la situación en estos momentos. Y no solo es válida para Venezuela... A menudo, en cualquier parte incurrimos en lo mismo: vender nuestra libertad irresponsablemente.
Ha provocado intervenciones acaloradas tu post. Eso es bueno. Lo menos bueno está en quienes, desde lejos, opinan sobre la realidad venezolana. Ciertamente, en el pasado los comunistas (en cualquier ámbito) vivieron persecusiones y torturas... pero, cuando llegan al poder, se olvidan de ellas (o las recuerdan "demasiado" bien) e imponen todo aquello contra lo cual lucharon una vez.
Y, en cuanto al apoyo de destacados intelectuales, también lejanos, u otros más cercanos, pienso que no hay nada peor que las letras al servicio de la iniquidad.
Y recalco algo: los gobernantes son el resultado de los “valores” presentes ANTES que éstos lleguen al poder
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